Sinopsis

El padre pródigo retrata las ambiguas relaciones entre los miembros de una familia cuyo padre
(Hernán, un profesor de literatura en la Universidad) se fue sin despedirse hace 20 años
y desde entonces no ha vuelto a comunicarse.
Durante estos años, sin embargo, la familia ha mantenido intactas sus viejas estructuras,
como si se tratara solamente de una ausencia pasajera. La verdadera crisis sobreviene cuando
Hernán regresa como si nada hubiera pasado y todos pretenden que, como Odiseo,
ocupe el sitio que abandonó años atrás.



martes, 8 de marzo de 2011

“El padre pródigo”, premio de dramaturgia

Estela Leñero Franco / Proceso

¿Quién no conoce alguna historia donde el marido dice a su mujer “voy por cigarros” y no vuelve? Pareciera un chiste, un lugar común o un recurso literario, pero los hechos lo confirman.

Flavio González Mello toma esta situación como punto de partida para contarnos la historia de una familia de clase media universitaria donde los resabios intelectuales de los ochenta se respiran. No hay juicios morales que marquen las actitudes que toman sus personajes ni un intento de moralizar o aclarar cada acontecimiento. González Mello marca su texto con una ironía y un desparpajo que nos deleita.

El padre pródigo se presentó en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería el domingo pasado al haber obtenido el Premio Internacional Letras del Bicentenario Sor Juana Inés de la Cruz 2010 y para ser publicada próximamente por el gobierno del Estado de México.

En Itaca, como antes la tituló el autor, los lectores o espectadores nos convertimos en unos mirones chismosos que nos asomamos a ver lo que le acontece a esta familia sin que nadie nos explique qué es lo que está pasando y por qué se comportan de tal o cual manera sus habitantes. Todo se vuelve verosímil a pesar de lo absurdo, todo es posible, aunque no esté dentro de nuestra lógica del lugar común. Porque la historia que cuenta Flavio no tiene nada de lugar común. Es una familia extraña que ha roto con los formalismos sociales y se atreve a comportarse conforme a sus propios cánones. No hay a quién rendirle cuentas ni preocuparse por el qué dirán. Los personajes son para sí mismos y para una familia endogámica que tiene sus propias reglas. Y endogámica no significa sin movimiento, sino que el que entra asume las consecuencias y participa como un integrante más aceptando las formas de relacionarse. Los conflictos son de esperarse, porque no todos aceptan las situaciones pasivamente. El muégano familiar se reacomoda, y el que escapa es la excepción.

Los personajes están construidos dentro de esta familia absorbente sin que pierdan su personalidad. Son personajes que no explican su comportamiento ni tampoco dejan en claro sus pensamientos. Simplemente actúan y reaccionan conforme a su mundo interior.

Flavio González Mello trae a su mesa de trabajo personajes interesantes que, como el del hijo, moldea de una manera singular. A partir de la ambivalencia y una idea antiheróica de ellos, elige trastocar el pasaje bíblico de El hijo pródigo y con eso construir su historia. Retoma al padre generoso que recibe al hijo que regresa al hogar después de haber gastado su herencia y lo transforma en una mujer más allá del bien y el mal, que recibe al marido sin preguntas ni odios después de haber desaparecido 20 años. Al “pecador” lo pinta inocente y cínico, y a la mujer que lo recibe la dota de una individualidad y fuerza que cuestiona su aparente situación de desventaja. Aquel pasaje bíblico es trastocado por el autor, quien lo hace propio y lo vuelve vigente.

El padre pródigo es una obra poderosa por su capacidad de mostrar, a través de situaciones cotidianas, una realidad vital en el comportamiento humano. Refleja con violencia verbal los conflictos intrafamiliares y con gran sentido del humor invita a reflexionar sobre la apertura del pensamiento y la libertad por la diferencia. En esta obra González Mello muestra su talento de dialogar, de hacer personajes de carne y hueso, y plantear situaciones que esconden muchas verdades, situaciones misteriosas que, como la vida, nunca llegamos a descifrar.

La obra tuvo una breve temporada durante septiembre pasado en el teatro El Granero y próximamente será reestrenada en el mismo teatro del Centro Cultural del Bosque.
Publicado en Proceso, 6 de marzo de 2011

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